En el transcurso del año 2022, tuve la oportunidad de presenciar una sorprendente proliferación de algas en la zona del Tintillo, una parte distintiva de la cuenca hidrográfica del Río Tinto. Aunque ya había observado su presencia en diversos lugares con anterioridad, nunca antes había sido testigo de su abundancia tan notable.
La explicación de este fenómeno se encuentra en una combinación única de factores ambientales y características propias del ecosistema. La elevada concentración de minerales en el agua del río, sumada a condiciones como la temperatura y la exposición a la luz solar, crea un entorno propicio para el florecimiento de estas formas de vida. Este proceso se manifiesta como un fascinante testimonio de la capacidad de la vida para adaptarse de manera asombrosa a su entorno.
La serie de fotografías que presento a continuación documenta en su mayoría este fenómeno extraordinario. Las formas caprichosas que adoptan con su danza acuática, la transparencia del agua y la armonía entre los verdes exuberantes y los característicos tonos rojizos del río fueron los detalles que más cautivaron mi atención. En este conjunto visual, el rojo, que alguna vez reinaba soberano, se ve eclipsado por la explosión de vida de las algas, dando lugar a una paleta de colores más vibrante y diversa.
En más de una ocasión, he escuchado a Antonio Camoyán referirse a estas algas de una manera poética y hermosa, describiéndolas como la "cabellera del Tinto".