El Torcal de Antequera, en la provincia de Málaga, es un paraje natural renombrado por sus formaciones rocosas, cuyo origen se remonta al periodo Jurásico. Hace más de 150 millones de años, estas rocas formaban parte del lecho marino, formadas por la sedimentación de conchas, corales y otros organismos marinos. Con el tiempo, procesos geológicos de compresión y elevación hicieron que estas capas marinas emergieran, dando lugar a los bloques de piedra caliza que hoy observamos. Erosionadas durante milenios por el viento y el agua, estas formaciones han creado un paisaje de aspecto verdaderamente ancestral.
Flora del mar jurásico es una serie fotográfica inspirada en el fascinante mundo de los líquenes, pequeñas formas de vida que colonizan y decoran las superficies rocosas del Torcal. Aunque a menudo pasan desapercibidos, siempre me ha cautivado la belleza visual que exhiben sobre las piedras. Estas fotografías destacan sus tonalidades vibrantes y texturas complejas, evocando una flora que parece emerger directamente de este antiguo sustrato marino. A través de este trabajo, se resalta cómo los líquenes, en su delicada simbiosis, aportan una vitalidad al paisaje rocoso que une lo antiguo con lo contemporáneo.